Les escribo desde el tren un poco apretado, en realidad es apretujado. El vagón del tren tiene capacidad para 116 personas pero debe haber más de 200!
Creo que fue una mala elección comprar el hard como lo llaman acá. Llevamos 14 horas de viaje
con destino al centro de China. En el vagón hay vendedores, los pasillos están llenos de personas, vendedores, niños, ancianos, bolsos y pequeńas sillas que se traen sabiendo del problema.
Esta mañana casi perdemos el tren, salimos una hora y media antes con destino a la estación de trenes Oeste de Beijing. Nos agarró la hora pico en el metro y se nos hizo casi imposible meternos los cuatros entre tanta gente, pero empujamos y empujamos y pudimos. Llegamos media hora antes y estábamos a 10 cuadras, comenzamos a caminar con mucho ritmo pero al llegar a la estación nos encontramos, como en las películas, con aglomeraciones de personas que avanzaban muy lento. Llegamos a la entrada de la estación 10 minutos antes de que salga el tren y nos horrorizamos al ver una cola de cientos de personas que las revisan para entrar a la estación, nos pusimos a rogarles a unos policías y después de unos minutos nos dejaron pasar. Después teníamos que encontrar el tren, salen unos 50 cada media hora!, y después de correr y correr llegamos unos minutos antes de un salga el tren, al ver el vagón la cantidad de gente apretada dentro y nosotros con nuestras grandes mochilas casi no podíamos avanzar. Pero estábamos tranquilos porque no habíamos perdido el tren.
El viaje nos mostró una China en plena producción, tanto industrial como agrícola. Todos los campos que vemos están sembrados y la gente fumiga a mano y trabaja hasta tarde. Vimos mucha gente durmiendo en sus trabajos, hacen turnos seguidos y muchos viven en el negocio.
No hemos visto gente alcoholizada ni en bares ni en las calles como en Rusia. Se nota que la gente en general cumple las reglas, parece muy seguro.
Agrego unas líneas ahora que llevamos 24 horas de tren, estamos en la provincia de Hunán, anoche cruzamos el río Amarillo y en la madrugada el Yangzi. Ya nos falta unas horas y contrario a lo que pensábamos la situación se complicó cada vez más, los baños se saturaron, la imagen de una niña durmiendo al lado de sus propias heces, otros tomando al lado una sopa, hombres fumando por todos lados sin respetar las señales de prohibido fumar, todo esto me hizo acordar a un capítulo del libro El Gallo de Hierro de Paul Theroux, un viajero que escribe libros de trenes. El capítulo es el que le da titulo al libro, es uno de los peores trenes de China y la expresión Gallo de Hierro en China es algo así como muy austero en español. Quiere decir que ese tren es el "de menos servicios" que viajó de China. Por mi lado el tren K21 Beijing-Guílin es el peor tren que he tomado en mi vida. (A mi lado Quique suscribe lo mismo).
Parece que ningún extranjero toma este tren porque somos como bichos raros, siempre tenemos 4 ó 5 chinos mirándonos, aprovechamos con Alejandro para hacer una broma y nos pusimos a hacer la ceremonia del mate, con seriedad preparamos el mate pero tardamos 10 minutos haciendo todo el protocolo posible, desde tirar pedacitos de yerba al aire, tocarnos la frente con yerba, inclinarnos hacia el mate para al final tomar.
Esto nos sirvió para interactuar con ellos y comenzamos a balbucear algunas palabras en Chino y lloraban de la risa de nuestra pronunciación.
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